El origen de “Vestido Bonito” contado por Nino Caicedo

Hay canciones que nacen del corazón, de lo profundo del alma, de momentos en los que la vida misma te hace detenerte y reflexionar. Así nació “Vestido Bonito”, una de las composiciones más sentidas de Nino Caicedo.

Todo comenzó un día cualquiera, cuando Nino pasaba frente a una clínica. Al mirar hacia la entrada, fue testigo de una escena que a cualquiera conmovería: un ataúd salía del lugar, acompañado por familiares que lloraban su pérdida. La imagen lo sacudió por dentro, despertando pensamientos sobre la muerte, el legado que dejamos y la manera en que nos gustaría ser recordados.

Fue en ese instante que Nino comenzó a reflexionar:
"¿Qué me gustaría que hicieran conmigo cuando me toque tomar el camino de regreso al Creador?"
Esa pregunta lo acompañó hasta su casa, donde vivía con su compañera. Allí, conmovido por lo que había presenciado, le expresó su deseo:
— “El día que yo muera, quiero que te pongas tu vestido bonito…”

Le detalló cuál era ese vestido, abrió el clóset de su compañera y lo buscó. Al no encontrarlo, le preguntó por él.
Ella le respondió que no tenía ese vestido. Para demostrárselo, le mostró toda su ropa. Fue un momento sencillo, pero lleno de simbolismo. Esa noche, Nino se acostó con un sinsabor, con la sensación de quedarse con una imagen incompleta.

Sin embargo, fue en el sueño donde la canción se terminó de gestar. En sus palabras:

“Soñando llegué a una población de negros. Vi que ellos bailaban y coreaban una canción. La letra, la melodía, los instrumentos... todo. Lo escuché dormido. Me levanté más impresionado todavía.”

Al despertar, con la melodía y las letras aún frescas en su mente, la empezó a cantar.

Así nació “Vestido Bonito”, no como una canción cualquiera, sino como una revelación. Fue un mensaje que bajó de algún lugar especial, cargado de espiritualidad, sensibilidad y conexión con nuestras raíces afrocolombianas. Una canción que celebra la vida, la despedida con dignidad, pero, sobre todo, el amor que perdura más allá de la existencia.

"Vestido Bonito" no solo es una salsa; es un canto de amor y despedida, de respeto por la pareja, de esas promesas hechas en voz baja pero que el alma nunca olvida. La instrumentación, fiel al estilo de Guayacán, recoge la riqueza del folclore afrocolombiano y lo envuelve con arreglos que hacen imposible no sentir, no bailar, no recordar.

Y así como muchas canciones han acompañado bodas, celebraciones y desamores, esta tiene un lugar especial: ese rincón donde habita la memoria y el homenaje.

Gracias a la musicalidad y poesía de Nino Caicedo, nació "Vestido Bonito".